lunes, 28 de marzo de 2011

Alegria

Nadie le permite a sus hijos bailar, cantar, gritar y saltar. Por razones triviales -quizás pueden romper algo, quizás se les moje la ropa con la lluvia si corren en el exterior-, por pequeñas cosas se destruye por completo una gran cualidad espiritual: la alegría.

El niño obediente es elogiado por sus padres, por sus profesores, por todo el mundo, y el niño juguetón es censurado. Sus ganas de jugar podrían ser totalmente inofensivas, pero es censurado porque existe un peligro potencial de rebelión. Si el niño continua creciendo con total libertad para ser juguetón, acabará siendo un rebelde. No será fácilmente esclavizado; no le podrán reclutar fácilmente en un ejército para destruir gente, o para que le destruyan.
El niño rebelde se convertirá en un joven rebelde. Entonces no podrás obligarle a que se case; no podrás obligarle a aceptar un determinado empleo; no se le podrá ser obligar a satisfacer los deseos incompletos, y los anhelos de sus padres. La juventud rebelde seguirá su propio camino. Vivirá su propia su vida de acuerdo a sus a sus deseos más íntimos, no de acuerdo a los ideales de otra persona.

Por todas estas razones, se sofoca su capacidad de jugar, se aplasta desde el principio.
Nunca se le da una oportunidad a tu naturaleza. Poco a poco empiezas a cargar con un niño muerto en tu interior. Este niño muerto en tu interior destruye tu sentido del humor: no puedes reírte totalmente, con todo tu corazón, no puedes jugar, no puedes disfrutar de las cosas pequeñas de la vida. Te vuelves tan serio que tu vida, en vez de expandirse, comienza a encogerse.

La vida debe ser, en cada momento, una creatividad preciosa. No importa lo que crees, podrían ser sólo castillos en la arena, pero todo lo que haces debería salir de tu capacidad de jugar y de tu alegría.


The Rebellious Spirit, Capítulo #17

viernes, 4 de marzo de 2011

El Apego

QUÉ ES EL APEGO

El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad.

EL VÍNCULO EN EL MUNDO ANIMAL

El vínculo entre los padres y sus hijos se produce en la mayoría de las especies animales:
  • En 1935 Konrad Lorenz, observador de animales, demostró que existía una conexión innata entre las aves recién nacidas y una figura materna. En su estudio con patos y gansos descubrió que estas aves se vinculaban con el primer ser vivo que veían al salir del cascarón y a partir de entonces lo consideraban su madre. A esto se le denomina impronta y sucede en especies en las que nacen muchas crías y estas deben apegarse inmediatamente a una figura adulta que les surta de alimento y protección. Hay que destacar que esta impronta se establece en un periodo determinado, pasado el cual, el recién nacido no se apegará a ninguna figura.
  • En el caso de los mamíferos también existe un periodo crítico en el que se puede activar el vínculo. En los primeros minutos tras el parto, la madre debe tener contacto con el recién nacido a fin de que fijen su olor y aspecto. Si no es así, rechazaran a la cría.
  • En los humanos y otros primates, la biología del vínculo es más difícil de analizar.

EL APEGO EN LOS HUMANOS

  • En sus inicios, el psiquiatra Sigmund Freud atribuía ese vínculo a aspectos puramente “nutricionales”. Freud afirmaba que el lazo lo establecía el bebé al engancharse al pecho y la madre respondía a esta acción.
  • Posteriormente, otros científicos afirmaron que era el hambre, el alivio del dolor o la incomodidad lo que provocaba el apego entre madres e hijos. El bebé era el responsable de iniciar y mantener el vínculo, mientras la madre respondía y se sentía bien al poder satisfacer las necesidades de su bebe.
  • En los sesenta, el psicólogo Harry Harlow, demostró que la comida y el alivio de la incomodidad tenían poco que ver con la intensidad del vinculo madre-hijo entre los primates. Experimentó con monos separándolos de sus madres. Los colocó en una jaula con dos “madres” artificiales. Ambas estaban hechas de madera y alambre con caras parecidas a las de los monos. Una  “madre” estaba equipada con pezones que proporcionaban leche. La otra no daba leche, pero estaba cubierta de una tela afelpada. Los monos pasaban muy poco rato alimentándose de la madre con leche y permanecían la mayor parte del tiempo acurrucados junto a la madre cubierta de pelo. Lo más interesante y triste de este experimento fue que estos monos al crecer fueron incapaces de establecer vínculos con otros monos al no haber podido crear un vínculos con sus madres reales.
  • Por esa misma época, el psicólogo John Bowlby, basándose en su trabajo en instituciones con niños privados de la figura materna, demostró que el vínculo se establece por el impulso innato que lleva a la madre a proteger al bebé. El hecho de que el bebé llore o se muestre inquieto estimula esa respuesta. Esto se debe a que una madre que proporciona abrigo, alimento y protección, unida a un bebé que sabe estimular esa conducta a través del llanto o la sonrisa, forman el binomio que goza de una mayor probabilidad de supervivencia.Bowlby formuló la teoría del apego, basada en que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño viene determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo). El apego proporciona seguridad emocional al niño: se siente aceptado y protegido incondicionalmente.Según esta teoría, el bebé nace con una serie de conductas que tienen como finalidad producir respuestas en las madres: la succión, las sonrisas reflejas, el balbuceo, la necesidad de ser acunado y el llanto son las “habilidades” de las que dispone el bebé para vincularse con sus cuidadores.Con este repertorio los bebés buscan mantener la proximidad con la figura de apego, resistirse a la separación, protestar si se lleva a cabo (ansiedad de separación), y utilizar la figura de apego como base de seguridad desde la que explorar el mundo.
  • Más tarde Mary Ainsworth en su trabajo con niños en Uganda, encontró una información muy valiosa para el estudio de las diferencias en la calidad de la interacción madre-hijo y su influencia sobre la formación del apego. Ainsworth encontró tres patrones principales de apego: niños de apego seguro que lloraban poco y se mostraban contentos cuando exploraban en presencia de la madre; niños de apego inseguro, que lloraban frecuentemente, incluso cuando estaban en brazos de sus madres; y niños que parecían no mostrar apego ni conductas diferenciales hacia sus madres. Estos comportamientos dependían de la sensibilidad de la madre a las peticiones del niño.

EL APEGO EN LA ACTUALIDAD

Este vínculo se ha establecido sin problemas durante toda la historia de la humanidad ya que el parto y nacimiento se veía como algo normal y natural. En el momento en que el parto empezó a verse más bien como un acto médico y las mujeres empezaron a acudir a los hospitales a dar a luz, empezaron a surgir dificultades en el establecimiento de este vínculo. En los hospitales de principios del siglo XX los bebés eran separados sistemáticamente de sus madres y devueltos como mínimo 12 horas después del parto.
Estudios recientes demuestran que las dos horas siguientes tras el nacimiento, se produce en el bebé un incremento considerable de una hormona que espabila al recién nacido y lo estimula para que se agarre al pecho y establezca con su madre el tan preciado vínculo. El contacto piel con piel y la proximidad física crean los lazos de unión determinantes para la díada madre-hijo. Por ello estas primeras dos horas de vida son cruciales y nunca debería separarse a madre e hijo tras el parto (salvo indicación médica justificada).
Actualmente los hospitales españoles han mejorado bastante en este aspecto pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Los llamados hospitales “amigos de los niños y de las madres”, potencian entre otras medidas respetar siempre el contacto y la cercanía entre la madre y su bebé.

¿QUÉ FACTORES FAVORECEN
EL VÍNCULO ENTRE HUMANOS?

  • La lactancia materna: a demanda y hasta que madre e hijo así lo deseen
  • El colecho: los hijos duermen con sus padres
  • El contacto físico y la proximidad: empezando por el contacto piel con piel tras el nacimiento
  • El respeto al recién nacido, niño y adolescente en todas sus etapas evolutivas en función de sus necesidades e intereses
  • Fomentar el dialogo y la comunicación entre padres e hijos
  • Compartir momentos de juego, ocio, entretenimiento, etc.
(Fuente: Asociación Criar con Apego)

martes, 15 de febrero de 2011

The Falseness of Psychiatry ║ Love Army



Es muy importante confiar en nuestros hijos. Solo ellos saben lo que quieren, debemos ayudarlos a seguir un camino, el camino elegido por ellos.
Cuantas más etiquetas les ponemos, más nos las creemos nosotros y más se las creerán ellos.
Es muy positivo decirles frases como:
"Eres un campeón"    
Eres una campeona!!!!   
Que artista eres, has hecho un dibujo/redacción precioso!!!!
 Piensa y expresate en forma positiva de tus hijos, nuestras palabras y acciones les ayudan a crecer sanamente.

viernes, 4 de febrero de 2011

RISOTERAPIA PARA PADRES E HIJ@S


A medida que los hijos crecen y abandonan la niñez frecuentemente a los adultos nos resulta más difícil encontrar formas de seguir divirtiéndonos con ellos de una manera vivencial y lúdica.

Sin embargo jugar es necesario a cualquier edad. El juego es una actividad creadora y regeneradora, un instrumento de aprendizaje de primer orden para la vida. Jugando aprendimos a dar los primeros pasos, a pronunciar las primeras palabras, a establecer las primeras relaciones con nuestros semejantes...entonces ¿por qué no seguir aprendiendo a través del juego?

Las sesiones de risoterapia son un contexto ideal para desarrollar e integrar nuevas opciones para la vida, para acercarnos al otro y a nosotr@s mismos, para aceptarnos y aceptar a los demás. Además, si la risa y el juego se comparten con nuestros seres queridos resultará mucho más fácil llevar estas vivencias a nuestro núcleo familiar.

La risoterapia nos ayuda a desarrollar la cooperación y la resolución de conflictos, a integrar la afectividad y el contacto de una manera sana, a potenciar la tolerancia, el respeto y el entendimiento. Además, a través de la risa desbloqueamos tensiones, nos equilibramos emocionalmente y nos sentimos más libres para compartir nuestros sentimientos aumentando así la confianza en nuestro núcleo familiar. ¡y también es genial encontrar juntos los huesos y escondites de la RISA!

Nos viene a la memoria un cuento que nos contaron hace poco: estaba un científico en su laboratorio, ocupado en mediciones y complicados cálculos matemáticos cuando su hijo pequeño entró jugueteando con un avión de madera interfiriendo en su delicada labor. El pequeño quería jugar y su padre, para tenerlo entretenido durante un rato bien largo, le planteó el siguiente juego: rompió en mil pedazos un gran mapamundi y le propuso al niño el reto de recomponerlo como si de un puzzle se tratase. Una vez que lo vio entretenido volvió tranquilo a sus quehaceres seguro de que no sería interrumpido en mucho tiempo. No había transcurrido ni media hora cuando el niño apareció en el laboratorio de nuevo y tirando repetidas veces del bolsillo de su chaqueta gritó contento “¡ya está, ven a verlo!”. El científico tras verificar que el mapa estaba perfectamente completado le preguntó asombrado “¿cómo has conseguido arreglar tan rápido el mundo?”. El niño, sonriendo inocente, contesto: “fácil, vi que en la otra cara del papel había dibujado un hombre, así que al arreglar el hombre me di cuenta de que también había arreglado el mundo”.

IRENE FERNÁNDEZ MEGINA
PABLO CORDAL ELVIRO
Escuela de Risoterapia Jugar y Crecer (Madrid)

martes, 1 de febrero de 2011

Comunícate y Conversa con tus Chicos







Marisol Muñoz-Kiehne, Ph.D.





La comunicación, es uno de los fundamentos primordiales de las relaciones estrechas y efectivas. Dados los innumerables beneficios del saber comunicarse, y las desventajas de las deficiencias en la comunicación, enseñemos a nuestros chicos a comunicarse y a conversar.
“Hablando la gente se entiende,” mas “el que mucho habla, mucho yerra,” y que “el que tiene boca se equivoca.” Comunicarnos eficazmente con nuestros chicos conlleva mucho más que hablarles.




Pensar: “Usa la cabeza”

Recuerda- Aprende de las vivencias de tu pasado; repite lo repetible, y omite el resto
Razona- Antes de pronunciar palabra, piensa, para planificar a conciencia, y decidir qué decir

Sentir: “Escucha tu corazón

Reconoce- Identifica tu emoción y tu intuición, pues pueden informarte e inspirarte
Respira- Profundamente, para expresar tu emoción ¡sin perder la razón!

Observar: “El ojo del amo engorda al caballo”

Mira- Al ver a tus hijos, presta atención a lo presente, a lo ausente, a lo constante y a lo cambiante en su apariencia y conducta
Amplifica- Aprovecha las observaciones de otros; todos tenemos puntos ciegos, y “cuatro ojos ven más que dos”

Escuchar: “Al buen entendedor con pocas palabras basta”

Atiende- Atenta y frecuentemente a lo que dicen tus chicos
Refleja- El pensar y sentir de tus chicos parafraseando lo que entiendes

Una de las maneras más importantes de conocer y compenetrarnos con nuestros niños es escuchándoles. Si queremos que nos escuchen y que nos hablen, escuchémosles más de lo que les hablamos. Quizás fuimos creados con una boca y dos oídos para escuchar más y hablar menos.




Escuchando efectivamente:





1. Empieza a escucharles desde pequeños; aun los más chicos tienen algo que decir.
2. Escúchales cuando te cuenten lo insignificante, y luego te contarán lo importante.
3. Préstales atención plena, minimizando las distracciones y mirándoles a los ojos.
4. Oye lo que no dicen, lo que dicen, y lo que insinúan.
5. Refleja el mensaje y el sentimiento en lo que dicen, y confirma si acertaste.

Hablar: “Preguntando se llega a Roma”





Incluye- Inserta a los pequeños en las conversaciones apropiadas.
Interroga- Haz preguntas abiertas (“Cuéntame de…”, “¿Qué piensas sobre…?”).
Una de las formas más eficaces de impartir conocimientos e instruir lecciones a nuestros niños es hablándoles. Es también conversando que les estimulamos a desarrollar sus destrezas para expresarse.




Hablando hábilmente:





1. Ten buen tino; escoge el momento y lugar apropiado.
2. Comienza las oraciones con “Yo” (“Yo siento, pienso, quiero, sugiero…”)
3. Nombra las emociones (alegría, tristeza, enojo, temor, etc.)
4. Responde a sus preguntas directa y honestamente, admitiendo si no sabes.
5. Reconoce cuándo es mejor callar.

Evitar: “La lengua es arma de dos filos”

Evita- Amenazas, críticas, humillaciones, burlas, comparaciones.
Minimiza- Órdenes, juicios, interrogatorios, sermones.

Leer: “Libro cerrado no saca letrado”

- Cómo hablar con mis hijos: Comunicación familiar (J.F. González Ramírez)
- ¿Tiene el niño derecho a saberlo todo?: Nuevas ideas para una comunicación más fructífera y sincera con sus hijos (F. Dolto)

Para más información, orientación e inspiración, visite http://www.nuestrosninos.com/ y escuche a la Doctora Marisol en el programa “Nuestros Niños.”



jueves, 27 de enero de 2011

¿Por qué me Regañas? ¡Solo estoy Aprendiendo!

Si pudiésemos escuchar las conversaciones entre padres, madres y sus hijos, luego de recibir una nota de la escuela, posiblemente se repetiría una y otra vez, como los primeros tratan de convencer a los pequeños que si se portan bien y se esfuerzan en mejorar su conducta y sus estudios, lograrán algo que, falsamente sueñan, "no cometer errores".

Como resultado de ello, los niños y niñas, a medida que van creciendo ven su vida convertirse en una experiencia controlada por reglas de todo tipo, liderada por la señora “cautela”, ya que para evitar situaciones en las que puedan fallar o fracasar, vemos a niños que rechazan participar en actividades con sus compañeros de clase, vecinos o amigos; o a padres que disculpan a sus hijos, cuando se equivocan, proyectando la culpa en otros niños y evitando situaciones que creen, puedan ser conflictivas o difíciles de resolver, en lugar de preparar a sus hijos para enfrentarse a ellas.

Sin embargo, su temor, no es nuevo, ni único de los nuevos padres y madres. ¿Quién no se ha paralizado en algún momento, cuando quebró la taza preferida de mamá o se ensució su camisa blanca tras dejar caer una helado de chocolate encima mientras se comía un cono al salir de la iglesia?, cuando en realidad esas mariposas en el estómago o las manos frías, son parte de la vida!

Los errores no se pueden eliminar de la vida de nuestros hijos e hijas, ni envolverlos en una burbuja para evitar que se lastimen.

El fracaso no tiene por qué ser siempre una experiencia desagradable, al contrario, ellos encierran lecciones valiosas que aprender y cuando les arrebatamos esta posibilidad a nuestros hijos e hijas, en su lugar estamos retrasando su desarrollo emocional y social, disminuyendo su seguridad en sí mismos, y tolerancia a las frustraciones; cayendo en una sobreprotección, en lugar de ayudarlos a independizarse, precisamente por temor al qué pasará si llega a equivocarse.

No obstante, nadie ha dicho que ayudarlos a extraer herramientas de vida a partir de sus errores, sea un proceso sencillo, pero cada paso que avancemos será invaluable y cuando en un par de años, veamos a nuestros niños, ahora adolescentes o adultos, decirnos tranquilamente, “tranquila mamá, yo puedo hacerlo solo”, tendremos la confirmación de que lo han logrado y a lo largo del camino, recogieron las herramientas necesarias para no ceder a su orgullo o a su miedo, sino para convertirse en auténticos vencedores, que empezaron a formarse, en el momento que tras caerse cuando corrían, se limpiaron las rodillas del polvo o piedrillas y tras asegurase que estaban enteros, salieron corriendo de nuevo.

Licda. Ma. Gabriela Campos S.
Psicóloga Educativa | Mentes Creativas
Correo. mentescreativas@racsa.co.cr


Algunas recomendaciones a seguir:

  • Ejemplo ante todo, es muy importante que los niños y las niñas perciban que sus padres no son perfectos, que cometen errores todos los días, igual que ellos, así no sentirán la presión de no defraudarlos.

  • No ocultar los errores cometidos, los errores pueden convertirse en situaciones de juego y risas, por ejemplo, si dibujamos una casa, podemos hacer un par de líneas equivocadas para que los pequeños vean absolutamente normal, el hecho de no lograr la perfección la primera vez que se intenta. 
  • Cada esfuerzo es igual a una conquista, sin caer en el exceso de felicitarlos por cada cosa que hagan. 
  • Error, error, error…, hacer evidente cada falta cometida puede causar ansiedad, disminuir la creatividad y perder la espontaneidad de la actividad.
  • Reírse con y de los errores, ayudará al niño a relajarse, facilitando el que pueda entender que no siempre son observados o juzgados.
  • Aprender a ganar, pero también perder, una victoria fácil no será disfrutada igual que una reñida derrota tras cuyo esfuerzo sentirse orgulloso.
  • Mis expectativas, sus expectativas, muchos padres y madres proyectan sus propias expectativas en sus hijos e hijas, anulando las de los pequeños, frustrándolos aún más.
  • Comparaciones… jamás!, las comparaciones ocasionan una doble frustración, por un lado el desengaño personal por fallar y por el otro, molestia por estar debajo de mi hermano o amigo.
  • El adulto es usted, si bien debe existir un respeto y apoyo mutuo, ellos no deben asumir responsabilidades que no les corresponden, en su lugar, merecen que se les reconozca sus sentimientos sin criticarlos, escuchar no implica tener que dar una opinión o resolver los problemas de los demás.

lunes, 24 de enero de 2011

EL OFICIO DE SER PADRES

La crianza de un hijo implica dos tipos de tareas: las cotidianas y las cruciales. Las primeras se llevan a cabo de modo casi instintivo (cuidar, alimentar, vestir, asear, vigilar, etc). Las segundas requieren de un dominio especial. Mismo que la gran mayoría de quienes se embarcan en este oficio, difícilmente adquieren. Las tareas cruciales en la crianza de los hijos son formar y orientar, pero sobre todo, la tarea más importante de los padres es desarrollar afectivamente a sus hijos.

La Psicología Afectiva plantea que el desarrollo afectivo es lo central de la existencia humana. De hecho, no hay nada más importante y determinante para la vida de una persona que desarrollarse afectivamente. Así lo han comprobado cientos de investigaciones en Salud Mental Positiva, los cuales han dado cuenta de que el desarrollo afectivo es la mayor causa de felicidad, lo mismo que las incompetencias afectivas causan la mayor infelicidad.

Desarrollarse afectivamente, significa adquirir competencias afectivas Intrapersonales (Autovalorar-se, Autoconocer-se y Autoadministrar-se); Interpersonales (Valorar al Otro, Conocer al Otro e Interactuar con el Otro -Destrezas Interpersonales-) y Sociogrupales. Competencias que se convierten en las herramientas necesarias y fundamentales para interactuar de forma adecuada con la familia, los amigos, la pareja, el trabajo y consigo mismo.

Miguel De Zubiria1 –experto en Psicología Afectiva- plantea que los padres deberían ser los tutores principales del desarrollo afectivo de sus hijos. En nosotros como padres recae la mayor responsabilidad en este duro oficio de formar a las siguientes generaciones. Tarea que por lo visto, cada vez se ha vuelto más compleja y generación tras generación, los nuevos padres ejecutan de una forma inadecuada y sin el compromiso característico de nuestros antepasados.

A esto debe sumársele unas nuevas realidades: los niños crecen solos, carecen de tutores afectivos, los padres abandonan su hogar, ha aumentado el número de madres solteras, mismas que deben asumir ambos roles, incluyendo el de salir a trabajar, dejando a su prole al cuidado de terceros o en instituciones donde no se forma y escasamente se educa.
La conclusión es muy sencilla. Es buen padre quien contribuye con decisión a desarrollar afectivamente a sus hijos. No basta con ser un mero proveedor de recursos. Es necesario prepararlos para la vida real, dotarlos de herramientas que les permitan tener una mejor relación consigo mismo, con los demás y con la sociedad en general.

Por eso desarrollar afectivamente a los hijos, es la tarea crucial de los padres.

Ese es nuestro verdadero oficio. Ni más, ni menos.

Andrés Granada
Psicólogo Afectivo
Bogotá, Colombia



1 De Zubiria, Miguel “Ser Mejores Padres I: Conozco el desarrollo afectivo de mis hijos” Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual Alberto Merani. Bogotá. 2010